lunes, 9 de mayo de 2011

De Mayo.

.

De cuando en vez respiro.
de vez en cuando vuelve este dolor,
este sentirme vivo,
estos desmayos esporádicos,
este medio despertar entre suicidios.

El fuego arde de a poco,
arde lento,
arde como esta mañana soslayada,
como estos grilletes incautos,
como estas manos quemadas,
envenena como sus rayos inocuos,
como su carita traicionera en el cielo.

Las calles gritan sin piedad,
sin consuelo,
y yo las piso con odio,
con la misma voluntad de matar de mañana,
con el ansia que veo en el rostro de los niños,
con la sangre en sus mascaras petrificadas,
avanzo y me pierdo en el silencio del mundo,
en la vil condición humana,
en su chillido mudo,
en el susurro de las noches que se ciñe con el viento,
ese aire aciago de abril,
esa primavera mentirosa,
primavera sucia,
primavera bofetada.

Predica mi voz su suerte desgarrada,
en los templos de la muerte,
en los clavos del zapato y la corbata apretada
en los los grilletes de las blusas,
en el formidable reloj del tiempo,
en su juego de arenas y absurdos
en la eterna decadencia del segundo a segundo.

.