Supuse de antemano que habría de enfrentarme
ante la furia incontenible de la naturaleza..
Aviste el río omnipotente desbordándose por donde le apetecia..
me acerque y tropecé torpemente con no se que cosa
cayendo irremediablemente al cauce iracundo..
el señor vestido de amarillo del otro lado
me miro airoso junto a su carrito..
se rió..
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario