viernes, 18 de junio de 2010

Absentismo.

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Todo se transformara algún día en nada.
Cuando este hombre se encuentre solo en la nada recordara los días en que los tiempos se hacían nada, esos tiempos de azucenas y olivos donde concebía nuevas maneras sin sentido, que tanta droga humanista, que tanto método científico, que tanta política en el cráneo... que el renacer y el crecer por la fuerza dan arrugas, que el sucumbir ante la llamarada oclusiva de las bombas crea risa torpe, que después de tantos relámpagos eternos en democracia se fue creando la panza y la comodidad, que el dormirse en las ramas unos segundos te lleva de pronto a la caída en picada, a la trampa con cabellos largos desesperados y abultados pechos generosos, llegara esta trampa de la nada alegando su totalidad, su condición de absoluto inamovible.

Ámame, ámame ámame.
La palabra se transformo en una soga con olor a techumbre post-tormenta y una cárcel se levanto de las catacumbas para encerrar el ultimo soplo de rebelión y volverlo azúcar, porfía que después se volcaría, que se revolcaría para sumirse en un estado de vegetación insistente, en un estado de catarsis templado y azul frió creciendo como flor suave en pared de fuego.

La medicina del corazón ha abierto una fuga en el alma
y en lo mas recóndito del cascaron resonó el eco diciendo:





...........................Aquí no hay nada



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