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Y así pasan los días, copias unos de otros, no hay títulos largos, sobreseídos epitafios, ni panfletarias reseñas, solo un ojo acusador tras el trémolo pálido del miedo. Y si no fuera por esa sonrisa casual, si no fuera por esas no predicciones del sin rumbo, ya estaría mi camino de vuelta hacia la tierra, hacia el ocaso y al breve candor de los gusanos.
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