miércoles, 9 de septiembre de 2009

Había Llegado Lejos..

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No mentía entonces cuando gritaba a las personas
lo que las hacia tan repulsivas para mi mundo.
No mentía cuando nadaba en cólera
maldiciendo todo lo que se me cruzara por delante.
No tenia una pizca de miedo a darle la cara
al poderoso estandarte de la concordia
disfrazada de cordero martirizado.
No mentí al declarar que deseaba escupir en sus rostros
miles de palabras como estacas,
acabar con un soplo de conciencia las vidas aferradas al clamor
de las masas ecuánimes y sin animo de deberes éticos,
faltos de cualquier indicio de cariño al prójimo
y a su propia condición de animal enjaulado.
Odie por lo mismo mi condición de una manera extrema y letal,
con la razón del que reclama odiar lo que amenaza.
No temí a la reconciliacion, ni a la autodestrucción,
ni a la palabra dolor, ni a su manifestacion purpurea y mal oliente.
tuve que arriesgarme a vivir la malversación de los hechos
por parte de las almas taciturnas que me rodeaban.
Lo mio implicaba perdonar aconteceres tan obscenos y desgarrantes
que dejaría en duda la consecuencia de mis palabras.
Terrorífico resultaba aventurarme en sitios inexplorados, sitios que pensaba, eran asquerosos e intransitables, pero había que esforzarse.
Lo intente por mucho tiempo y luche con ahincó mágico, hasta sobrehumano, pero fui derrotado, y en consecuencia me prostituí a la visión añeja de la autonomía solitaria..
lo hice.. si, no hay dudas.. pero no fui falso cuando dije que deseaba parmanecer en brazos de la lujuria el tiempo que fuera necesario.. viviendo mis días como había querido, exceptuando comentarios absurdos del que afloja la boca sin tener ni puta idea de lo que significa saborear el fruto rojo y sanguinolento del derroche platónico hecho carne.
Platicas y platicas perdidas sin ningún motivo, o perdidas con el motivo de darme a entender que la influencia ejercida en el corpúsculo mental era tan hermética y metálica, tan fuerte e implacable, que no podría llevar acabo tan atrevida proeza, quise vivir, tomar el sabor de lo real, mezclarlo con mi esencia escandalosa y alocada!
pero no pude.. y maldigo a dios y a mi mismo y al universo entero por ello!
Después de un par de meses adoptando la doctrina del impávido,
la hiel empieza a atacar cada vez con mas astucia y justo en el lugar indicado, sabe encontrarme volando bajo por mis cientos de lagunas mentales, y es entonces cuando miro de cerca su rostro anciano y formidable.

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