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Tengo un pozo negro sin retorno,
tan negro como el oleo y tan negro como el eclipse,
en el lanzo mis despojos, desechos varios de cualquier tipo,
lanzo relojes, viejas envenenadas, cuadernos enteros y enciclopedias,
lanzo diablos, lanzo cruces y botellas,
a veces arrojo en el materias valiosas solo por error,
aunque también por capricho,
lanzo aguas diáfanas, sortilegios, susodichos,
cartas quemadas y prendedores azules,
lanzo instrumentos, lanzo cuadros, lanzo piedras con consignas.
Envió de todo en cuanto me entra la gana,
he sabido de algunos que se han arrojado por mera voluntad,
mártires.. yo prefiero hacerme el desentendido.
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