Martes Negro.

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La noche cruje con su fulgor artificial,

todo en ella es mentira, lo negro, los faroles,

las cintas, los colegas y los festivales,

son las luces de neón, son mis faltas de canción,

la falta de amores, la falta de onces con jamón y palta,

la falta de gatos enfermos que mean cortinas.

Ya no apago automáticos errores por noches de sexo placentero,

ya no escucho suegras preocupadas,

ya ni siquiera escucho el teléfono,

lo único que escucho es la luz de neón

azotada por las polillas gordas,

solo escucho a estos pájaros nocturnos

junto al polvillo plateado que envenena.

La noche es falsa, los días existen,

pero las noches son falsas..

y yo me esmero por vivirlas en un instante viejo que retorna,

que me ataca, que me somete al yugo implacable del nervio,

al silencio trémulo y su voz de sabanas sucias.

La fogata ya no arde, tampoco sus juegos de pirotecnia,

porque la gente fue plagiada,

porque el espejo también me plagio hace un tiempo,

porque el plagiador merodea y el muro es grande,

apenas deja a la luna asomarse estúpida desde lejos.

El hombre negro me ofrece un cigarro,

yo lo fumo con odio, lo detesto..

lo mismo ocurre con el coñac y el vino,

bebo el vació con rabia escondida entre los dientes,

el hombre negro se acerca, me observa con desdén

me hace notar que me he vuelto como el..

Yo lloro en su hombro cuando la noche ya es mentira,

cuando la luna nos mira estúpida con sus ojos de niña perdida.

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