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La luz esta encendida,
esta callada, no me habla ni me mira,
como todos los agujeros de mi lecho,
como todas las almas somnolientas en vigilia.
El haz no se ha atemorizado ni se ha conmovido ante el atronador sonido
que provocan las salvas de las balas al azotar el camino asfaltado.
Podría declarar que esta noche la luz se niega a morir,
pareciera que quiere recordar las voces de los silenciados,
pareciera que desea acompañar a las zampoñas que tiñen
mis fiebres haciéndolas menos gentiles al frió,
es lo que provoca a veces este frió..
dormir ahora mismo seria la mejor idea.
¡Y la luz sigue encendida!
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