jueves, 24 de septiembre de 2009

La Tierra Prometida.

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Una llamada sucede a la aurora ingenua
como un viento de patria graduado en el cielo,
corrompiendo el jadeante corral,
el retorno al baile y a su costumbre anciana,
se aproxima la hecatombe jocosa del pan y la comida,
del cambio de ideas, de la renovación de las jaurías humanas,
allí, justo ante el alumbramiento del hombre moral,
junto a los otros, los pastores serenos y sobrios,
se llama la patria de las ovejas,
de uno en uno hacia la molienda enrejada,
nadan corriendo al árbol sagrado y sus motores,
..poderosos como no hay otros..

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